Muy probablemente la estrella de Oriente que menciona el Evangelio de Mateo fuera en verdad una conjunción de los planetas Venus y Júpiter. Ambos astros se acercaron tanto que visualmente formaron un muy luminoso cuerpo celestial. Este fenómeno estuvo precedido de otros acontecimientos no menos intrigantes. ¿Le gustaría presenciar una simulación de esos eventos astronómicos que ocurrieron en el pasado? ¿Le gustaría subir a un zigurat, en Babilonia, y desde ahí contemplar las estrellas? Si su respuesta es afirmativa, este sitio es para usted. Le recomiendo iniciar su viaje en el Evento 1. |